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Campaña Chimeneas de Cádiz - Junio 2010 - IEO # Mensaje 24

Operación en la cubierta de popa para realizar el arriado del beam trawl. La tripulación realiza las maniobras necesarias para dejarlo todo presto para el muestreo científico ©IEO

Jueves 24 de junio de 2010

El solsticio de verano se ha apoderado de nosotros y parece que la noche, con su influjo misterioso, no ha sido suficientemente larga como para descansar de la jornada agotadora que hemos tenido en el día de ayer. El desayuno en el hotel fue el más silencioso de cuantos hemos realizado desde que hemos empezado la campaña. Nadie soltaba prenda. Desayunar era el único objetivo. Los maitines de los primeros días, con recomendaciones de última hora, han dejado paso al reposo del café y el relajo de los cuerpos, que lo único que piensan es en recuperar fuerzas para volver a bordo y seguir con los muestreos.

Hoy tenemos uno de los mejores días de los que hemos visto en todo el mes que llevamos navegando por las aguas del Golfo de Cádiz. La quietud de la mar es impresionante. No se mueve una ola. Hace sol y el ambiente es cálido a las ocho de la mañana, hora a la que soltamos amarras y comenzamos a navegar por el interior de la bahía. Se realizan las primeras operaciones a bordo para dejar preparado todo el material de prospección que hemos de utilizar a lo largo de la jornada.

La Agencia Española de Meteorología (AEMET) nos adelanta lo que nos vamos a encontrar a lo largo del día: viento del sudeste fuerza 3 tendiendo a 4 por la tarde. Marejadilla. Esto, para nosotros, quiere decir "guay del Paraguay". Estamos cruzando los dedos desde que comenzamos la campaña. Solamente hemos tenido que quedar amarrados a puerto un día por causa del temporal que nos impidió trabajar. ¡Un sólo día de los 25 que llevamos en el cuerpo! Esto, a decir del IP, es algo inaudito. "Tenemos a Eolo metido en una bodega de Sanlucar de Barrameda achicando manzanilla fina", sentencia.

Vamos a iniciar el muestreo en el Volcán de Fango Albolote, o al menos lo que nosotros creemos que es el volcán de fango, a falta de otras pruebas que buscaremos posteriormente. Hemos estado analizando los datos recogidos hasta el momento en este punto y creemos que un arrastre más centrado en el lugar en el que parece aflorar el diapiro, podría arrojar más luz sobre la naturaleza de estos depósitos. Estamos convencidos que debe de haber chimeneas, pues el perfil batimétrico presenta unas hendiduras en la zona central del relieve que podrían interpretarse como el cráter del volcán. Observad el registro de la ecosonda monohaz. A la derecha el cono volcánico de Gazul y hacia el centro de la imagen, el cono de Albolote, con un relieve bastante más aplacerado. Por encima de ambos se aprecia una franja horizontal que se debe al techo de la vena de agua mediterránea (MOW: Mediterranean Outflow Watermass).

Este es pues nuestro primer objetivo, antes de seguir hacia el entorno de Gazul donde tenemos que seguir muestreando con el beam trawl los lugares en los que podríamos encontrar hábitat 1180. Hemos seleccionado varios rasgos definidos por la geomorfología que serán objeto de muestreo: (1) Pockmarcks (los cráteres en el relieve oceánico causados por la expulsión de gas o líquido), (2) Crestas recifales; (3) depresiones erosivas; (4) Superficies tabulares presumiblemente enlosados; (5) Cumbre de volcán; (6) Vertientes de volcán); (7) Conos subsidiarios. Iniciamos el muestreo arriando una draga de arrastre bentónico en un pockmark de dimensiones bastante considerables (cerca de 30 metros de desnivel en relación con la superficie circundante). La draga resulta muy productiva al primer arrastre. No hubo que repetir. Gran cantidad de cascajo y abundante fauna. Nos desplazamos ligeramente sobre el fondo del pockmark y nos preparamos para arriar un beam trawl (arrastre de varas). Nos sorprende la diferencia de texturas en un espacio tan reducido.

El sedimento que sale en la red del beam trawl es predominantemente fangoso o arena muy fina, parcialmente litificada. Los bloques de fango presentan abundantes galerías que interpretamos como nichos de alguna especie que no hemos identificado todavía. Como el ritmo de salida de muestras es de vértigo, tenemos que dejar de hacer especulaciones y envasar convenientemente el material para que posteriormente, en el Centro Oceanográfico de Málaga, podamos analizar con detalle todas las muestras.

El Dr. Rueda nos apunta que, en su opinión, la biodiversidad en el fondo del pockmark es mucho mayor que la encontrada en la zona externa. Esto es algo que se apunta como una característica dominante en todas las depresiones de colapso originadas por la expulsión de fluidos hidrocarburos, pero que hay que comprobar en todos los pockmarks que visitemos.

Vaciamos el contenido de la red en cajas y procedemos a lavarlas. A continuación trasladamos el material a la mesa de procesado y comenzamos a separar por especies. Esta parte del trabajo es muy lenta, pero necesaria, y nos da una visión rápida de la biodiversidad en cada uno de los lugares que vamos visitando.

En un posterior arrastre con beam trawl extrajimos gran cantidad de fragmentos de enlosados y bloques cilíndricos de costras interestratificadas. Los enlosados tienen dimensiones sorprendentes. Lo cierto es que la Jefa de Campaña no comprende como no se rompió la red porque venía cargadita de fragmentos de roca. El Dr. Rueda cuando vio el primer enlosado no podía creerse lo que estaba contemplando. La cantidad y diversidad de fauna sésil que allí había le sorprendió muy gratamente.

Transcurre la jornada y completamos el muestreo con 6 dragas bentónicas de arrastre, 3 box corer y 5 beam trawls. Todo el material queda procesado, etiquetado y almacenado. Afortunadamente ha habido un ratito para comer las energéticas lentejas y un rabo de ternera en salsa sabrosísimo. Vimos crecer algunas barrigas con evidentes signos de riesgo de quedar atrapadas entre el mamparo y la mesa del comedor. En algún caso hubo que ayudar al propietario de la barriga a moverse hacia la esquina por la que pudiera salir de aquella trampa. Entrar, se entra. Salir, después de las pantagruélicas comidas que nos atizamos, pues ya es más difícil. Alguno pensará que soy exagerado, pero os digo la verdad. De la comida no queda nada de nada. Tal es el consumo energético que realizamos en cubierta con los muestreos.

Cuando llegamos a puerto, parece que la estabilidad del suelo nos demanda unas cervecitas, que no escatimamos a nuestro cuerpo serrano. Particularmente hoy, que es el Santo de Juan Gil Herrera. Como buen colchonero que es, su santo lo celebra con una paletilla ibérica y cervezas para todo el mundo. Así que, ya sabéis lo que hay hoy al llegar a tierra. Recogemos nuestra furgoneta de reparto de personal y nos vamos pitando para el hotel, para meternos debajo de la ducha y quitarnos todas estas pinturas de guerra que el fango va dejando en nuestros rostros, brazos y antebrazos, y camisetas. Los recepcionistas del hotel no pueden creerse que nosotros seamos los científicos que hacen investigaciones en el Golfo de Cádiz. Solamente nos ven comer como sabañones en el desayuno y regresar enfangados al anochecer. "¡Vaya científicos más raros que hay en España! ¿No?", pregunta por lo bajini a su compañero, uno de los recepcionistas con claro acento madrileño, "¡Ohú, quillo!... ¡noveatú, joé!... ¡y muertojambre questán!" le responde el de la Barriada de Loreto.

(Publicado 28 Junio 2010)

Bandeja conteniendo el material que se ha recuperado con el beam trawl ©IEO
El especialista e Bentos, Dr. José Luis Rueda Ruiz, inspecciona uno de los enlosados que salido cubierto de esponjas ©IEO
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