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Campaña Chimeneas de Cádiz - Febrero 2011 - IEO # Mensaje 16

Alejandra Fernández entre tamices en la cubierta de trabajo ©IEO

Viernes 25 de febrero de 2011

Amanece un día soleado con un brillo casi cegador. Las previsiones son de marejadilla con viento del NE fuerza 3. También tenemos otra previsión que a todos nos hace mucha ilusión, que es la de regresar a puerto cuando hayamos acabado con la tarea de hoy. Parece mentira, pero esta perspectiva se convierte en toda una meta a medida que se va acercando el sábado. Mañana es el día en el que tenemos que sustituir parte del equipo científico y, en consecuencia, tendremos que estar en Cádiz para hacer este relevo. La verdad es que a todos nos apetece una jornada de descanso en puerto. Como habréis visto a lo largo de las narraciones diarias, el trabajo es bastante duro e intensivo, y la posibilidad de disponer de un día entero para descansar nos anima a todos. Hemos llegado a perder la noción de los días de la semana de tanto trabajar día tras día, así que ya toca descansar un poquitín.

Tripulantes y personal científico asetean al Jefe de Campaña con preguntas continuas sobre la hora a la que llegaremos a Cádiz, y la tarea que hay que hacer en puerto, o si tal o cual cosa hay que hacerla antes de llegar a Cádiz. Lo de siempre. Lo cierto es, que no siquiera el Jefe de Campaña sabe a ciencia cierta la hora a la que se va a dejar de trabajar ni a la hora a la que se llegará a puerto, pues todo depende del momento en el que se termine la faena. Por eso las respuestas siempre suenan a evasivas para los interrogadores, pero Luismi no puede escapar a este suplicio que incrementa el peso de la púrpura. En cualquier caso, él mismo también ansía llegar a puerto para descansar un poco y poder contactar con su familia, al igual que hacen todos los demás.

A las 07:57 estamos sobre el volcán de fango Pipoca.  El Tercer Oficial, Maximino Cordeiro Moledo, “Maxi” para los amigos, ya está estudiando la deriva del barco para situarse justo encima del punto planificado y acertar con el box corer como si de una diana se tratara. Es el record que buscan entre los oficiales del puente, tratando de reducir al máximo la distancia que tercia entre el punto teórico del muestreo y el punto real en el que ha caído la draga. La verdad es que las diferencias son mínimas, pero entre ellos se miden esas distancias en milésimas de segundo. Todo un reto. Muestreamos a 626 metros de profundidad. Sacamos fango hemipelágico, más arenoso a techo, con bioclastos pequeños. A muro más compactado. Fauna típica de fangos: poliquetos y bivalvos de pequeño tamaño. Bueno, pues no está mal para empezar. Geólogos y bentólogos tienen entretenimiento para rato.

El segundo muestreo lo hacemos con beam trawl en la misma zona. A las 8:54 ya estamos largando 1100 m a popa para 624 metros de profundidad. Todavía estamos liados con la muestra anterior, pero tenemos tiempo hasta que suba a cubierta la red del beam trawl. El resultado son pennatulaceos, escoria de carbón, anémonas, cigalas pequeñas, erizos, bioclastos. Mucha biodiversidad en este lugar. A las 09:43 iniciamos la siguiente maniobra con box corer. Fondo a 622 metros. Restos de gasterópodos pelágicos en fango hemipelágico. Nos movemos hacia el oeste de Pipoca para hacer una draga de arrastre bentónico. Tenemos 753 metros de fondo. Recuperamos un fragmento de enlosado de carbonatos grande, y gran cantidad de trozos más pequeños.

Durante los turnos de comida hacemos un par de dragas de caja más que arrojan como resultado arenas fangosas y fangos arenosos con bioclastos y diversa fauna ya conocida que nos ilustra sobre la gran biodiversidad que tiene este punto.

Los turnos de almuerzo se suceden como de costumbre, alternándose también con la actividad en cubierta procesando las muestras de caja que van depositándose sobre la mesa de trabajo. Hoy es un día especial, como ya os he dicho. El Capitán ha organizado algunos actos de despedida para los científicos que han de desembarcar y entre ellos quiere que la comida sea especial. La regamos con un vino blanco de las tierras de Arcos de la Frontera, lugar de nacimiento del Jefe de Campaña. Nos iniciamos con unos entremeses -jamón serrano, queso manchego y melón-, como en los grandes banquetes dieciochescos. De segundo plato unos magníficos langostinos. De tercero, solomillo con arroz y/o patatas. Y de postre una tarta de queso que tiene mucho éxito.

Los científicos celebran mucho este almuerzo especial y hacen grandes halagos al Capitán y a los cocineros. El ambiente no puede ser mejor. Nos anuncia el Capitán junto con el Jefe de Campaña que hoy por la tarde se va a proceder al bautismo de mar de varios científicos que se han embarcado por primera vez en un buque de investigación. La ceremonia tendrá lugar una vez que hayan finalizado las actividades en cubierta y pongamos rumbo a la ciudad de Cádiz. Habrá que nombrar padrinos y tendremos que organizar la ceremonia convenientemente.

A las 13:47 volvemos a largar la draga de arrastre. Son 723 metros de profundidad. Recuperamos bioclastos y restos de coral,  así como fragmentos pequeños de rocas. Nuevo muestreo en la depresión norte de Pipoca a 672 metros de profundidad. Obtenemos ejemplares de pennatulaceos, coral bambú y Flabellum vivo, pero muy poca cantidad de muestra. Hacemos un último box-corer a las 15:10, a 573 metros de fondo. Resultado, fango arenoso. A las 15:55, con el cuerpo hecho trizas, el Jefe de Campaña da por finalizados los trabajos en cubierta y ponemos rumbo a Cádiz. Alegría y alboroto en cubierta y en los laboratorios.

La ceremonia del bautismo de mar ya está a punto de comenzar. Se presenta en cubierta el Capitán Manuel Riobó ataviado con el uniforme reglamentario. El Jefe de Campaña, como no tiene uniforme, decide vestirse un poco más elegante y se pone una camisa de Ralf Laurent. Las neófitas, Laura, Marta, Sara y Blanca lucen sus mejores galas. Todas muy hermosas, de natural, pero algo más fashion. Las tres andaban con la mosca detrás de la oreja con esto del bautizo, pues nadie les decía en que consistía la ceremonia. Pero al final, el momento había llegado y ellas se habían quedado muy conformes y contentas. La ceremonia ha sido muy bonita. Los padrinos han sido Tere y Luismi. El Capitán ha leído un pequeño texto declarando y certificando el acontecimiento que había quedado registrado en el Cuaderno de Bitácora. Las cuatro féminas navegantes habían dado claras muestras de ser avezadas e intrépidas navegantes. La madrina les ha prendido del pecho una estrella capitán, a modo de medalla, sujeta con una pinza. Después el Capitán les ha echado agua de mar por la cabeza y les hizo entrega de un Acta de Bautismo Marino. A las cinco nuevas navegantes les ha hecho mucha ilusión este detalle totalmente inesperado para ellas.  

Ya casi podemos ver el perfil de las torres vigías de la ciudad, aunque ya no hay nadie que mire desde ellas pendientes del regreso de los navegantes. Tenemos teléfonos móviles y empiezan a sonar tan pronto alguien cante “¡hay cobertura!”. Las bandas del barco se empiezan a cubrir de personas con un móvil en la mano pegado a la oreja, charlando con las familias, novias, mujeres, hijos y madres. Familias que todos tienen y que, a pesar de no ser demasiados días, no se acostumbran a estar desconectados. Son varios los que tienen a alguien en el muelle esperando a que lleguen. Gerardo Bruque, el Buen Granaíno, se mueve nervioso después de tantos días de navegación sin ver a su amada Silvia. Nunca había estado tanto tiempo separado de ella y la prueba había resultado dura. “Así es la vida del investigador marino, mi querida y amada Silvia”, se le escuchaba decir cuando hablaba con ella por el teléfono móvil. Otro enamorado que se le rompía el alma cuando telefoneaba era Curro López. Un corazón enamorado que había pasado el día de San Valentín separado de su amada. “¿Cómo me habrá podido pasar esto a  mí?”, se preguntaba para sí el buen Curro. Su novia, Rocío, le esperaba en el puerto de Cádiz ansiando poder abrazarlo y llevarlo rápidamente a un salón de salsa para bailar un ratito. Tal es la fama que tiene Curro como salsero que siempre entra invitado en todos los clubs de salsa del mundo mundial. Y, como ya os podréis imaginar, eso no hizo más que empezar.

(Publicado 7 Marzo 2011)

José Luis Rueda y Miguel García Tutor y Alumno de Master en un descanso del muestreo ©IEO
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