Se encuentra usted aquí

Campaña Chimeneas de Cádiz - Febrero 2011 - IEO # Mensaje 20

El Jefe de Campaña muestra orgulloso el tamaño de las cigalas ©IEO

Miércoles 2 de marzo de 2011

Amanece con algunas nubes en el horizonte. La mar está un poco rizada y las previsiones meteorológicas nos indican que vamos a tener marejadilla a marejada por la tarde, con viento del noreste fuerza 4. Esto quiere decir que el barco por la tarde se podrá mover un poco, lo que puede dificultar alguna maniobra con los instrumentos que deben de ir colgados de un solo cable, como son la draga de arrastre y la box corer, además de la estructura de la cámara de fotos con la que estamos realizando esfuerzos titánicos para logar obtener alguna imagen del fondo, sea como sea. En este asunto contamos, como ya es habitual, con las manifiestas habilidades de Curro López quien, a su vez, se apoya en las ayudas que le prestan en máquinas, particularmente el electricista Carrillo.

Las pruebas que hemos estado haciendo han ido dando resultado poco a poco. Hemos probado la estanqueidad en los contenedores del foco y de la cámara, y hemos tenido que cambiar las juntas tóricas y rellenar los puntos de los contactos con teflón. Creemos que ahora solamente hace falta atinar en la sincronización de los disparos de la cámara. Hoy vamos a intentarlo de nuevo y veremos que es lo que resulta. Lo iremos viendo a lo largo del día. Lo que sí os aseguro es que esto de la cámara produce una excitación en todos los científicos que da pasmo verlo. Tal era el estado de ansiedad en el que quedaron el domingo pasado cuando se enteraron que la cámara había quedado inutilizada que cualquier atisbo de esperanza con lo que se pueda conseguir ahora les resulta emocionante. El optimismo reina entre las filas y Curro, que es consciente de esta expectación, sabe con lo que juega. El Jefe de Campaña hace todo lo que puede para ir encajando las pruebas entre los muestreos, para no perder tiempo, ya que hay mucho trabajo por hacer.

El rendimiento nocturno en el muestreo de CTD y roseta nos deja a todos sorprendidos. Han logrado hacer 11 estaciones en la malla profunda de los volcanes del caladero del Laberinto. Un record nunca visto y que pone de manifiesto la magnifica preparación de las personas que lo están realizando y la destreza en la ejecución de la tarea. El Jefe de Campaña se encuentra con los salientes de guardia y aprovecha para recibir las novedades de la noche. El Capitán ya está en la mesa esperando la tertulia matutina con Luismi. Manolo y Luismi han alcanzado una gran sintonía en los menesteres de la campaña. Coordinan perfectamente las actualizaciones del Plan de Campaña a las circunstancias de cada día. Es bien cierto que el Contramaestre, José Manuel Alonso, se vuelca en todo cuanto pueda hacerse para no perder ni un solo segundo de trabajo en cubierta. Es una persona que no para de trabajar y con una disposición para el trabajo verdaderamente encomiable. Con profesionales de esta categoría a bordo, uno puede salir tranquilo a la mar. Es cosa que comentan todos los científicos ajenos al IEO, alguno de ellos que nos visitan por vez primera a bordo. Nosotros sentimos esa satisfacción de saber que los profesionales en el IEO son de tal manera, pues refuerza considerablemente la imagen corporativa de la Institución.

Pues ¡hala!, con estas alegrías en el cuerpo nos encontramos al Contramaestre con todos sus marineros en cubierta dispuestos a realizar la primera maniobra con la draga de arrastre bentónico. Ya sabéis que este instrumento lo largamos por la popa, o sea, por la parte de atrás del barco. La maniobra es un poco ruidosa pues la caja metálica que constituye la draga ha de deslizarse sobre la cubierta hasta que comienza a salir por la rampa de popa. Algunas veces chirría y a los más delicados les produce algo de grima, por lo que son muchos los que se sonríen cuando ven a alguien, con el ceño fruncido, que se tapa los oídos para no escuchar el chirrido. Estamos en el Complejo Hespérides, que ya conocemos geológicamente bien. Consiste en un conjunto de cinco conos volcánicos de fango, muy cargados de gas, y salpicados de depresiones de colapso y pockmarcks. Es el lugar ideal que uno quisiera utilizar para describir un hábitat 1180. José Luís Rueda y Sergio Gofas lo saben bien, pues no en vano han publicado recientemente un interesantísimo articulo dedicado a la descripción del hábitat de una ostra gigante Neopycnodonte zibrowii cuya presencia en el Golfo de Cádiz, y en gran parte de los océanos y mares del mundo, se consideraba extinguida.

Muestreamos a 785 metros de profundidad y el resultado no es muy exitoso. Esto no nos extraña, pues el fondo puede estar cubierto de enlosados y chimeneas, ya que la actividad de expulsión es considerable así como la actividad bacteriana, razón por la cual la precipitación de carbonatos autigénicos en este hot spot es muy alta. Subimos escorias de carbón, fragmentos de carbonatos y sedimento arenoso con Flabellum.

Visto el éxito de este arrastre, nos desplazamos hacia la cumbre del montículo sureste. Tenemos el fondo a 740 metros de profundidad. El resultado es bastante bueno para todos, biólogos y geólogos. Particularmente feliz se le ve a Raúl Merinero cuando empiezan a salir las primeras chimeneas carbonatadas a las que tanto quiere. Extraemos gran cantidad de fango con muchas chimeneas. El fango es del tipo grisáceo tan característico de este volcán. Separamos por medio del lavado un fragmento de marga del afloramiento de las margas azules del Mioceno que constituye el basamento de los volcanes y del que procede la mayor parte del metano. No hay demasiada fauna acompañante pero si un importante numero de gorgonas.

Animados por el resultado del arrastre, los bentólogos se preparan para recibir un arrastre de beam trawl. Estamos en una de las vertientes del Complejo Hespérides a 759 metros de profundidad. El fondo es de esos que a los pescadores no les gusta nada, pues es muy irregular y la sonda nos dice que es muy heterogéneo, como, por otra parte, los geólogos sabemos perfectamente, no en vano nos hemos pasado varios años estudiando la estructura geológica del Golfo de Cádiz. Cuando el arte llega a bordo, el alborozo de los bentólogos es grande. Todos quieren ver de cerca el resultado del muestreo pero está terminantemente prohibido acercarse al arte hasta que no haya finalizado la maniobra. Allí cerca, el único que puede estar es el Jefe de Campaña junto al Contramaestre. Una vez que las cajas con el material llegan a la mesa comprobamos que hemos recogido varios tipos de esponjas, corales negros vivos, gorgonias, erizos y escoria de carbón. Sin perder un segundo se pone en funcionamiento la mesa de tamizado en húmedo y allí comienzan a aparecer manos de personas dispuestas a dejárselas congeladas con tal de poder separar la fauna que les resulta tan atractiva. Los biólogos de la Universidad de Málaga liderados por Sergio Gofas, componen un buen equipo. Le acompaña José Enrique García Muñoz, Ángel Mateo y Javier Urra, todos ellos colaboradores del Departamento de Biología Animal.

Con no menor ánimo y predisposición está a bordo Carlos Farias Rapallo y Emilio González García “Melo”. Ambos trabajan en el Centro Oceanográfico de Cádiz. Da la casualidad de que los dos son gallegos. Carlos estudió biología en la Universidad de Santiago de Compostela. Comenzó a trabajar en el IEO como observador pesquero, con contratos esporádicos vinculados a proyectos de pesca. Aprovechó la ocasión de unas plazas de Ayudante de Investigación del IEO que se convocaron hace seis años. Obtuvo una de las plazas por oposición y desde entonces trabaja en Cádiz integrado en el equipo de demersales. Trabajó en estudios de crecimiento de voraz en el Mediterráneo. Ahora, en el proyecto de INDEMARES, Carlos se ocupa del estudio e identificación de las esponjas. Aquí en el barco, las esponjas son conservadas en alcohol. Una vez en el laboratorio, Carlos destruye la materia orgánica de la muestra con ácido nítrico, y luego la deshidrata con alcohol. Esto permite ver las espículas, las estructuras internas de las esponjas que son diferentes en cada especie, y que son esenciales a la hora de identificarlas. Carlos sabe de todo un poco. Siempre tiene algo que aportar a las conversaciones, sobre cualquier tema de los que estudiamos en la campaña, de cómo funciona una box corer o de cultura general. Se fija en todo y se mueve rápido de un lado para otro, solucionando, arreglando, ordenando. Por las noches, si hay algo que hacer, él es el primero en ponerse en movimiento. Si por la tarde queda alguna muestra por tratar, después de cenar él está ahí, dispuesto a ayudar. Es una persona muy modesta y si arregla o descubre algo, siempre aclara que el mérito es del equipo, y no sólo suyo. Eso sí, vive con una de las supersticiones características de muchos gallegos: nunca cogería el último trozo de algo que quede en un plato compartido, porque parece ser que da mala suerte.

Melo estudió Biología en la Universidad de Vigo. José Luís Rueda acostumbra a comentar que le tranquiliza trabajar con él, pues a Melo no se le pasa una. Está atento a todo cuanto se mueve a si alrededor, particularmente a los detalles de envasado y etiquetado de las muestras, de forma que todo quede correctamente catalogado y registrado. Esto, a decir de Jose, es importantísimo pues cuando regresen al laboratorio se avanzará más rápido si la catalogación y organización de las muestras se ha realizado correctamente. Melo es capaz de tamizar las muestras o busca especímenes entre las rocas y chimeneas extraídas del fondo. Su discreción le hace hablar bajo, no levanta la voz para nada, casi susurra, pero vale la pena acercarse a él porque suele contar cosas divertidas e interesantes. En la actualidad está contratado por el Proyecto INDEMARES/CHICA, para lo cual ha tenido que pasar un proceso selectivo en el que ha alegado méritos y experiencia, que sin lugar a dudas debe de tener más que sobrados a tenor de lo que todos podemos ver que hace. A la vez que trabaja en el IEO, está haciendo un Master en la Universidad de Cádiz sobre Acuicultura y Pesca, que se imparte en la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales. Ha propuesto hacer la tesis de máster bajo la tutoría de José Luís Rueda, con quién se ha manifestado como un avezado colaborador.

Hoy están los dos muy ocupados, haciendo mil cosas con energía y ganas. Los dos han estado durante toda la campaña, y siempre están haciendo alguna actividad. Están ya acostumbrados a trabajar juntos, y esto se nota. Uno pesa muestras y otro apunta, o bien uno consulta el libro de guías mientras el otro mira las características del bicho que estén intentado identificar.

Son las 11:09 y ya estamos en la cumbre SE de Hespérides. Vamos a hacer un beam trawl. Tenemos 703 metros de agua. Salió un rape bastante grande, de 10 kilos -aunque Curro dice que no es demasiado grande, que una vez él pescó uno de 45 kilogramos- “Bueno, pues a nosotros nos parece grande porque nunca hemos pescado ninguno así de gordo y que va a estar tan bueno cuando nos lo comamos. ¡Eah!”, asevera el Jefe de Campaña que se apresura a hacerse una foto con el hermoso ejemplar. También pescamos piedras, no os vayáis a creer. Enlosados de tamaños respetables, chimeneas, Cidaris de gran tamaño, esponjas, esqueletos de corales que parece Solenosmilia, coral negro, braquiópodos y otros ejemplares que tenemos que identificar. El arte llega tan repleto de piedras que se ha roto en mil pedazos. Afortunadamente tenemos al eficaz y siempre constructivo Contramaestre que cree que se podrá hacer alguna reparación. Lo cierto es que ya nos hemos cargado las dos redes, cada una de las cuales cuesta un ojo de la cara, y corremos el riego de quedarnos sin el sistema si no reparamos la red. Así que la propuesta de José Manuel “Txachela” es muy bienvenida y todos, como de costumbre, le hacemos la ola.

El sonido de la campanilla de Víctor, nuestro Mayordomo, vuelve a confirmar los postulados de Pavlov. Tilín, tilín, tilín,…., y los jugos salivares empiezan a inundar la boca de tal manera que no podemos articular palabra sin babear. “Pero, ¿qué te pasa?, ¿no ves que te estás poniendo perdido de baba todo el traje de aguas?”, se escucha decir a alguno que trabajaba sobre la mesa que hay junto al comedor. “¿Y que quieres que le haga yo, quillo? La culpa es de Pavlov?”, le respondía el científico erudito. Los manjares para hoy consisten en lo siguiente: alubias con chorizo, no son precisamente ligeras pero todo el mundo se las come y repite. De segundo merluza a la plancha con ensalada y de tercero lomo de cerdo empanado con pimientos. De postre uvas. La salida del comedor se produce a reacción.

A las 13:53 hacemos una draga de arrastre al suroeste de la cima de Hespérides a 708 metros de fondo. La red de la draga sube rota, pero aunque habrá perdido mucha muestra han subido chimeneas pequeñas y trozos de éstas. Tenemos la sensación de que el ‘efecto conejo’ no se ha ido del todo. Confiemos que las alubias con chorizo de hoy alivien al que todavía mantiene relaciones internas con el conejo, y dejemos así de sufrir más sus efectos perniciosos.

Seguimos trabajando con box corer hasta que recuperamos la integridad de la draga. Afortunadamente hemos traído material de respeto (dos dragas, cueros, redes, tornillos, etc.) con lo que rehacer el sistema y dejarlo operativo en poco tiempo. Una vez que tenemos la draga recompuesta, largamos en la zona norte de la cumbre Hespérides para ver si logramos algo más que rocas. Recuperamos fauna y fango que ya conocíamos. Necesitamos a todas luces disponer de imágenes pues no sabemos claramente los lugares en los que la fauna pueda estar más concentrada. El Jefe de Campaña toma nota de este asunto y propone que hagamos una nueva prueba con la cámara de fotos. Realizamos la prueba de la cámara y todo fue perfecto, pero no obtuvimos ninguna foto, ya que ni disparó. Posiblemente, al cerrar la tapa le dimos a stop en el disparador. Estanqueidad perfecta, ni una gota de agua, posicionamiento aceptable. Así que, contentos porque la prueba había salido muy bien, pero no obtuvimos ninguna foto. Lo de la cámara es muy emocionante, parece que cada vez estamos más cerca de ver el fondo marino que nos ocupa.

El Contramaestre está cosiendo las redes del beam trawl. Tiene mucha destreza y es alucinante verle, con una aguja de plástico, ancha y grande, tejiendo el hilo entre las redes.

Hoy bastante gente decide merendar un bocadillo después de la comilona que nos metimos, es increíble pero cierto. Al rato, Serge Gofas invita a la segunda caja de polvorones, la primera ya nos la terminamos el ayer. Hay de limón, coco, avellana, cacao... y están riquísimos, tienen mucho éxito. Ponemos rumbo a los CTDs, ya que tenemos dos horas de travesía.

Llegada la hora de cenar, Víctor vuelve a hacer sonar su campanilla. Increíblemente volvemos a tener apetito. Creo que cuando lleguemos a tierra y oigamos una campana como esa, a todos nos entrará instantáneamente hambre, y también mucha prisa. ¡Pavlov ataca de nuevo! Y es que al comedor no se puede ni se debe llegar tarde. De primero hay sopa de pescado, de segundo ensaladilla de atún, muy rica, y de tercero filete de ternera en salsa con patatas fritas. De postre hoy nos ponen unos kiwis muy ricos. Como siempre, Víctor nos ofrece infusiones o café.

Poco después de cenar, nos reunimos de nuevo en el laboratorio húmedo. Hoy estamos animados, quizás porque hemos encontrado fauna, sedimentos y rocas interesantes. Acabamos sentados en círculo y contando anécdotas, riendo y disfrutando mucho. ¡Como no!, picamos patatas, cacahuetes... hacemos varios videos divertidos de la noche. La nota simpática nos la proporciona  la risa de José Luís Rueda, que es muy contagiosa y demuestra tener un gran sentido del humor.

(Publicado 10 Marzo 2011)

Melo González en cubierta ©IEO
Go to up page <Anterior Siguiente>