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Campaña Chimeneas de Cádiz - Febrero 2011 - IEO # Mensaje 21

Momento delicado del enganche de la sonda CTD ©IEO

Jueves 3 de marzo de 2011

La temperatura del aire de madrugada ha bajado bastante. Salir del camarote y sentir el fresco del amanecer es toda una bofetada que te despeja a la fuerza. Cuando bajamos a desayunar se nota bastante frío por los pasillos en los que están las puertas abiertas para ventilar. El comedor, estupendo. Calentito, como el café que cada mañana nos sirve Víctor. Las previsiones son de marejadilla con viento del nordeste fuerza 5 arreciando por la tarde.

Nos cuenta Curro López que esta noche han hecho 14 CTDs. Cada día se superan más, parece como si quisieran batir su propia marca. De seguir así, prevemos que se pueda completar la malla que había diseñado Ricardo Sánchez Leal y que figura en el Plan de Campaña. Este objetivo lo cubriremos con creces, si es que nada se tuerce.

A las 08:03 ya estamos largando 1500 metros de cable, para la realización de una draga de arrastre en la ladera norte del montículo oriental del monte Hespérides. Son 745 metros de fondo. Subimos mucho fango gris y marrón mezclado. Poliquetos asociados a emisiones o ambientes reductores. Volvemos a arriar la draga a 731 metros de profundidad en otro punto de la ladera. Sacamos cantos de margas grises azuladas, probablemente de la unidad miocena, junto con restos de organismos fósiles de épocas frías. Corales muertos, coral negro y pequeñas gorgonias. Probamos con un beam trawl a 705 metros de profundidad para ver si obtenemos más fauna suprabentónica. Sacamos bastantes costras carbonatadas de gran tamaño, coral muerto, cangrejos, varios peces por clasificar, estrellas, muchas esponjas, braquiópodos, con lo que los bentólogos concluyen que es una zona de alta biodiversidad.

Mientras el primer turno se ha ido a almorzar (judías con chorizo, rodaballo a la plancha con ensalada de tomate y cebolla, y ragout de ternera guisada con patatas. De postre unas natillas que estaban riquísimas), realizamos una box corer en la cima del monte nororiental del Complejo  Hespérides. La deriva del barco es débil y nos movemos poco del punto de muestreo. Arriamos sobre un fondo de 728 metros. Recuperamos una buena muestra geológica compuesta por mud brecha a muro y hemipelágico a techo. Poca fauna. Estamos en plena facies de volcán de fango caracterizada por la brecha fangosa con fuerte olor a sulfhídrico. Con este muestreo que solamente satisface las ansias de información de los geólogos, y más particularmente de la facción geoquímica y sedimentológica -en franca mayoría en esta segunda parte de la campaña-, se produce la sustitución de los turnos de almuerzo. Se incorporan los que salen del comedor y se internan en el buque los que abandonan la cubierta. La mesa de muestreo se inunda de olor a cebolla. No importa. En menos de una hora nadie lo notará. Todos habrán comido cebolla y el hábitat 1180 se habrá impregnado del olor al tubérculo.

Cuando son las 13:15 nos encontramos en la macro depresión del Complejo Hespérides, a 892 metros de profundidad. Un lugar en el que posiblemente haya bastante material carbonatado, pues creemos que se trata de una depresión de colapso retocada por la erosión submarina propiciada por las fuertes corrientes existentes en este punto. Cuando recuperamos la draga nos encontramos que la red está rota. En cierta medida es una forma de constatar nuestras sospechas sobre la naturaleza del fondo. Si en realidad hay substrato duro, entonces estamos sobre un hábitat 1180 y deberemos comprobar que fauna utiliza este substrato. Una de las maneras de observarlo es, precisamente, la cámara de fotos, así que todos volvemos la mirada a Curro y Carrillo para ver si todas las reparaciones que han hecho funcionen. Reponemos la red con otra que teníamos de respeto, mientras analizamos junto con el Contramaestre la posibilidad de hacer una reparación de urgencia, y largamos en el mismo punto a 914 metros de profundidad. Recuperamos bastante cantidad de chimeneas de diferentes tamaños, acompañadas de fango gris.

Al estar el área de Hespérides a mucha más profundidad que las que muestreamos previamente, las actividades toman mucho mas tiempo en realizarse, pues los artes tardan más en llegar al fondo. En el puente la espera se puede hacer larga. En el laboratorio, en cambio, depende de lo que salga a veces se acumula trabajo, pero en general también es algo más relajado. El puente de gobierno es un sitio agradable y luminoso. Es la parte más elevada del buque y desde él se pueden contemplar unas vistas extraordinarias. El Jefe de Campaña, los oficiales y el Capitán supervisan todas las operaciones, a través de los grandes ventanales que convierten el habitáculo en una auténtica casita de cristal. Observan los radares, y en la zona del Hespérides hay muchos más barcos navegando que en la zona de las chimeneas que estudiamos en la segunda parte de la campaña. Es la zona que se denomina el dispositivo de tráfico marítimo del Estrecho de Gibraltar que se extiende hasta bien adentrado el Golfo de Cádiz. Hoy divisamos un enorme barco mercante chino cargado de contenedores, es verdaderamente inmenso y debe tener más de 6 plantas por encima de la cubierta principal, “y otros tantos por debajo”, dice José Luis Fernández Montenegro, el Primer Oficial. En la pantalla del ordenador pueden ver todos los detalles del barco, así que aparte de las grandes letras “CHINA SHIPPING” sabemos que va a Hong Kong.

Además del Primer Oficial, en el turno de 4 a 9 están Ramón Sambad, el timonel, y Roberto Álvarez, marinero. De 12 a 4 está de guardia el Segundo Oficial, Guillermo Rodal, el timonel Juan López Senlie y el marinero Manuel Mayo Tajes. Por último, en el turno de 8 a 12 está el Tercer Oficial, Maximino Cordeiro Moledo, el timonel José Tarrio y el marinero Francisco Nogueira Rua, al que todos llaman Patxi o Paco. Durante el día, se unen a la tripulación de puente el Capitán y el  Jefe de Campaña, así como el Oficial Radio. El Oficial Radio prefiere que no mencionemos su nombre en nuestro diario, y así lo hacemos. Su misión consiste en llevar a cabo el mantenimiento de los equipos de navegación del barco, y de todos los servicios de comunicaciones, así como todo lo relacionado con la seguridad. El barco, nos explica el anónimo Oficial Radio, está equipado con los más modernos adelantos técnicos en comunicaciones.

En el Cuaderno de Bitácora, van apuntando todas las actividades y operaciones realizadas por el barco. Guillermo Rodal, el Segundo Oficial, transcribe la información por segunda vez, esta vez al ordenador, para crear un informe que se envía al IEO con todos los datos de la actividad del barco, así como de cualquier anomalía. Además del Cuaderno de Bitácora, también es obligatorio que todos los miembros de la tripulación tengan una libreta de navegación, en la que consta el nombre y el sellado de la capitanía marítima, legalizando el embarque. También es obligatorio llevar el rol del barco, un documento en el que constan todas las características del barco, todos los certificados de la radio marítima y los embarques y desembarques de la tripulación. Como veis, el control de todo lo que hace el buque es cosa que se lleva de manera minuciosa y que exige gran dedicación y atención constante. Cada movimiento se apunta, cada operación se apunta, hasta el más mínimo detalle de lo que hagamos a bordo ha de apuntarse.

Cuando hay una operación o una actividad científica, el Capitán y el Jefe de Campaña salen del puente y bajan a la cubierta. Entre un sitio y otro del barco se comunican por teléfono (hay una línea interna) o por walkie talkie, así se evita algún viaje de arriba abajo. Algunas veces, el Capitán da las órdenes por un altavoz que se oye en cubierta. A las 17:51 realizamos una box corer a 1034 metros de profundidad. Probablemente la más profunda de las que hemos realizado hasta el momento. Sacamos arena fangosa, trozos de chimeneas y bioclastos. Poca fauna.

Estamos comenzando a pensar que la “maldición del conejo” tenía algo de cierta. El conejo cenizo nos ha vuelto a jugar una de las suyas, aunque nosotros no nos dejamos amedrentar por el roedor porculero. Hoy era el día elegido para que la cámara hiciera su aparición estelar. Teníamos todas las esperanzas puestas en poder obtener alguna imagen del fondo. Todas las adversidades las habíamos superado. Todo el instrumental estaba perfectamente chequeado y operativo. No había problema de filtraciones de agua ni incidencia alguna con la iluminación. Todo estaba perfecto, pero no contamos con el bigotudo y patético roedor. Sucedió que unos minutos antes de lanzarla al agua tuvimos un percance que nos la volvió a dejar inutilizada. Por un momento pensamos que hemos perdido toda opción de poder obtener una, solamente una foto, del fondo marino. Parece ser que una desafortunada maniobra en cubierta con la draga de arrastre para dejar sitio, ya que tan variada metodología necesita cambiarías de sitio en cada momento, le ha dado un golpe a la estructura de la cámara y ha roto la carcasa de cristal donde se alojan los leds del foco. Las posibilidades de irnos de aquí con una foto se reducen drásticamente. De todas formas, Curro y Carrillo siguen haciendo I+D+i para tratar de solventar este problema, aunque parece muy difícil de resolver a bordo. Seguimos confiando en que encuentren alguna solución que nos permita emplear el sistema durante los dos días que nos restan de campaña.

Empezamos la cena con una sopa de verduras, seguimos con unos fideos con mejillones y almejas tipo fideuá, y por último un churrasco a la gallega con patatas fritas y salsa tximitxurri. Para rematar la faena, terminamos con una fresca ensalada de frutas.

Os aseguro que no faltan las emociones a bordo. A eso de las 9 de la noche, comenzaron a saltar todas las alarmas del barco. Algo raro pasaba con el CTD. Acudimos todos a la cubierta de popa a ver que es lo que sucedía. Vemos salir de la superficie la estructura metálica del CTD pero el cable está muy tenso, hasta el punto que llega a escorar el barco. Es evidente que se ha enganchado en algo que hay en el fondo y que está firmemente sujeto. Algunos creen que es un resto de algún aparejo que ha quedado abandonado en el fondo del mar, cosa bastante frecuente en las zonas de caladero y que aporta un factor de riesgo a las actividades científicas. Poco a poco, tanto tripulación como equipo científico se acerca hacia la popa, donde en cubierta se encuentran el Capitán, el oficial de guardia, y todo el equipo de guardia ideando una maniobra que nos permita sacar el CTD del agua con éxito, sin que se rompa el cable debido a la tensión. La situación es peligrosa. Los cables están muy tensos y una rotura fortuita puede causar estragos en cubierta, por el efecto látigo de los cables al romperse. Así que hay que manejar la situación con mucho cuidado tomando las máximas precauciones.

Posteriormente Curro explicaría que sea lo que fuere lo que se enganchase al CTD, y que no lo dejaba subir a la superficie, debía pesar más de unas 35 toneladas, pues si pesase menos, el cable lo hubiera podido subir, y no se hubiese quedado en tensión. ¿Y si era un barco?, ¿un submarino?, otros especulan ¿un ovni?, hay opiniones para todos los gustos y esto da rienda suelta a todo tipo de bromas. En realidad estamos cerca del Triángulo de Ver Mudas, ¿a ver si esto es uno de los efectos misteriosos del famoso triángulo del Caladero del Laberinto?, ¿será, de nuevo, el “efecto roedor porculero”? El Capitán está en cubierta dando órdenes. Patxi está controlando una grúa, y Roberto otra. Abajo están José Tarrio y Miguel y Maximo Cordeiro. Los de máquinas también ayudan en lo que pueden. Los científicos están expectantes, el CTD se tambalea, no sube, sigue colgado y suspendido por un cable que parece que se va a romper en cualquier momento y podríamos perder el instrumental científico que cuesta un dineral.

Preocupa mucho que se rompa el cable en tensión y el CTD se caiga al mar, la segunda grúa consigue colocar un gancho en la CTD, para que en caso de romperse el cable, la segunda grúa lo sujetase. Finalmente, consiguen acercar un serrucho y van cortando los cables en tensión que tiran desde el fondo del mar. Parecen cuerdas de pesca, cabos marrones, grises, beige, redes, abrazan a la CTD, se lo quieren llevar al fondo. Van cortando las cuerdas y el CTD se va soltando, dando unos preocupantes tumbos. Por fin, consiguen liberar el aparato y todo el mundo se pone a aplaudir, ha sido muy emocionante y es una alegría que todo haya acabado bien. Una vez más, nos satisface comprobar el nivel de profesionalidad de esta tripulación y la destreza que manifiestan tener en cada situación, por muy delicada que sea, que se presenta.

Después de este subidón de adrenalina, nos dirigimos a la biblioteca, donde Pilar Mata va a dar su charla: “Popurrí de …......”. La verdad es que hemos llegado todos tarde a la sala de usos múltiples. La charla estaba planificada para las 9.30 de la noche, pero hemos empezado más tarde debido al incidente con el CTD. Pili, que tiene tablas en el asunto, no en vano ha sido profesora en las universidades de Zaragoza y de Cádiz, nos habla del proyecto CADHYS, en el que se estudia la presencia de metano y gases hidratos, y en el que participan varios organismos como la UCA, el Centro Oceanográfico de Málaga (cuyo responsable es Juan Tomás Vázquez Garrido), el Instituto Geológico y Minero. El proyecto, financiado por la Junta de Andalucía en la convocatoria muy competitiva de proyectos de Excelencia Científica,  tiene como objetivos determinar áreas de migración y expulsión de gases en el Golfo de Cádiz, sobre la plataforma continental, y el análisis de testigos verticales obtenidos en las zonas de expulsión o de acumulación de gases.

Elena Pérez, que ha hecho su Tesis de Master en el Centro Oceanográfico de Málaga, en el seno del Grupo GEMAR bajo la tutoría de Tomás Vázquez, nos explica los resultados de su estudio, que realizó sobre los resultados de la Campaña Oceanográfica realizada por el Instituto Español de Oceanografía a bordo del B/O Odón de Buen en abril de 2010. Elena ha estado procesando e interpretando los datos de la sonda multihaz obtenidos en un área situada frente a San Fernando y Chiclana de la Frontera, a profundidades que oscilan entre los 30 y los 120 metros. Destaca en su ponencia la existencia de unos canales erosivos que parecen drenar el litoral y que pueden transportar importantes cantidades de sedimento hasta la plataforma media. Esto explicaría la constante pérdida de sedimento que experimentan algunas playas del litoral gaditano. Estos datos abrieron un interesante debate sobre las posibles causas de los surcos en el sedimento.

Pilar también nos habla de lo complicado que es analizar los sedimentos en el laboratorio. La brecha fangosa sale del volcán y se desliza por las vertientes, mezclándose con otros tipos de sedimentos formados en la superficie del fondo. Entonces se entremezclan sedimentos expulsados del interior del volcán con materiales externos al propio volcán. Ello dificulta la determinación del origen de cada tipo de sedimento. Nos explica que por ahora no hay ningún estudio concluyente que permita saber hace cuanto se formaron las chimeneas. Estos estudios también intentan determinar el origen del gas, de los sedimentos y de los fluidos expulsados. Cuando termina la presentación, seguimos hablando un buen rato en la Biblioteca sobre las chimeneas carbonatadas, el metano, el Ártico, y formaciones extrañas en la costa de Cádiz, que los ufólogos atribuyen a alienígenas. La participación de los científicos en las discusiones es tremendamente dinámica. Cada uno de ellos aporta su particular visión del fenómeno y de los procesos que se generan en el fondo del mar y que generan este hábitat tan particular que la Red Natura 2000 ha catalogado como HABITAT 1180. Bentólogos, geoquímicos, sedimentólogos, petrólogos, cuaternaristas, etc., aquí hay de todo. La polémica es interesantísima y abre un mundo de especulaciones que cada cual está dispuesto a defender basándose en los datos que puedan recoger en esta campaña.

Se nos hace muy tarde, sin damos cuenta, y son ya las once y media de la noche. Pero todavía quedan fuerzas para ir un rato al laboratorio húmedo, a tomar algo y a hablar un poco de las anécdotas del día que no tengan nada que ver con todo el trabajo científico realizado. Es una buena terapia para intentar desconectar un rato antes de ir a dormir. Mañana nos espera otro día duro.

(Publicado 15 Marzo 2011)

Conferencia impartida por Pilar Mata Campo ©IEO
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