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Campaña Chimeneas de Cádiz - Febrero 2011 - IEO # Mensaje 22

El Jefe de Campaña analiza con los investigadores las posiciones de los muestreos en el laboratorio humedo ©IEO

Viernes, 4 de marzo de 2011

A medida que nos acercamos al fin de semana nos da la sensación de que esto se va terminando poco a poco. Las sensaciones son muy variadas pero domina en todos nosotros una cierta melancolía al pensar que en un par de días todo esto finalizará y regresaremos a nuestros lugares de origen. Es cierto que junto a esa melancolía también sentimos la satisfacción de haber cumplido con nuestra misión a bordo y que regresaremos cada uno de nosotros a nuestros hogares en los que nos esperan nuestras familias a las que ya va pesando un poco la larga campaña que estamos a punto de culminar.

La melancolía parece querer vivirla junto a nosotros el propio amanecer. Hoy se nos presenta un día grisáceo y fresco, con mar rizada y viento. El cielo está nublado y no invita a darse una vuelta por cubierta, tal y como muchos de nosotros hacemos cada día antes de entrar a desayunar. Somos animales de costumbres y cuando salimos del camarote lo primero que hacemos es ir a cubierta para ver como está el día y el estado de la mar.

Nos damos el encuentro en el comedor varios científicos y nuestros primeros comentarios van dirigidos a la escasez de horas que parece que dormimos, a tenor del cansancio acumulado y que parece no querer abandonar nuestro cuerpo, y a las pocas jornadas de trabajo que restan. La verdad es que todos estamos muy emocionados con los últimos descubrimientos. La espectacularidad que muestran los lugares de emisión de gas en la zona profunda del Golfo de Cádiz (volcanes Almazán, Aveiro y Hespérides) está siendo verdaderamente espectacular. Aparecen especies asociadas a las emisiones de gas que viven enterradas en el sedimento que forman los volcanes de fango. Hemos encontrado corales de variadas formas, colores y familias diferentes. Esponjas de varias familias, etc. Un sin fin de especies que habrá que estudiar con calma cuando lleguemos a nuestros laboratorios.

La animada tertulia se interrumpe cuando entra en el comedor el Jefe de Campaña procedente del puente y nos cuenta que hoy cree que no vamos a pasar mucho frío, pues el parte meteorológico nos avisa que tendremos mar rizada con viento variable fuerza 2. “Eso no es más que una ligera ventolina”, agrega uno de los científicos más experimentados en campañas. “Efectivamente, aunque el cielo estará muy cubierto y hay riesgo de lluvia”, apostilla Luismi, añadiendo a continuación, “pues ya sabéis que, Marzo, mercero, o tan frío como enero o tan falso como febrero”. Y dicho esto, salió por la Puerta Grande, como los buenos toreros, mostrando su iPad como trofeo y se dispuso a dar una vuelta al ruedo de la cubierta de popa. Al acceder al suelo enjaretado que hay frente al comedor, observó que comenzaban a caer las primeras gotas de lluvia, razón por la que decidió desistir del paseo triunfal circular, y así evitar el riesgo de que su atesorado iPad fuera a sufrir un remojón. Algunos que estaban próximos a él, dicen que se le escuchaba musitar con la voz algo distorsionada, “mi tesoro, mi tesoro”, mientras acariciaba la funda del iPad propiciándole arrumacos y caricias.

Así que, a pesar del buen estado de la mar, probablemente no va a resultar muy cómodo trabajar en cubierta bajo la lluvia, pues a los chorros de agua salada que permanentemente bañan nuestros pies y mojan nuestras manos, y que nos dejan algunas veces medio gélidos, habrá que añadir la de la lluvia. Trabajaremos con las capuchas del traje de aguas puesto. En esto, ya lo habréis visto en algunas fotos, Desi es una de las investigadoras que más experiencia tiene. Ha logrado superponer, a modo de gruesos estratos, el gorro de lana de la cabeza y la capucha de la sudadera con la que abriga su cuerpo, a la que añade la capucha del traje de aguas. Creo que nos ha salido un poco friolera.

Tal y como estaba previsto, a eso de las nueve de la mañana y en plena faena de procesado de una draga de arrastre, nos ha caído un chaparrón de órdago a la grande. “Agüita lagüena, ohú”, decía uno de los gaditanos que nos acompaña. Un diluvio en medio de la mar es mucho más espectacular que en tierra. Aquí parece que las gotas vienen más infladas, como si tuvieran más agua y mojaran mucho más.

En el laboratorio ya se encuentra Gerardo Bruque Carmona, el SIGMAN granaíno, hombre que controla absolutamente todo con su ordenador y lo vuelca en un Sistema de Información Geográfica (SIG) con gran destreza, no en vano es uno de los más expertos profesionales en la materia de los que hay a bordo, que no son pocos. Está haciendo las anotaciones que le ha dejado Curro López al Jefe de Campaña en relación con los muestreos con la sonda CTD. En total han sido 12 los que han realizado durante la noche. Gerardo, meticuloso y eficiente, no solamente anota este dato si no que ha de registrar la posición y la traza electrónica de cada uno de los muestreos. Es él quién primero se incorpora al laboratorio tras el Jefe de Campaña, pues ha de dejar resuelto este asunto antes de que empiecen a aparecer en cubierta los muestreos con los sistemas de prospección y se inicie con ello la vorágine de actividad que genera el procesado de las muestras. Antes de la ocho de la mañana ya están todos los científicos equipados con su traje de aguas dispuestos a comenzar el trabajo. Aún sin haber muestras que procesar a bordo, cada cual se afana en dejar preparado todo el instrumental que ha de necesitar para ir clasificando y organizando las muestras a medida que van siendo procesadas. José Luís Rueda da las últimas instrucciones a sus colegas para tener a mano el alcohol, el formol diluido, los envases, bolsas de plástico, utillaje, etc., y un sinfín de artilugios que emplean para tratar con mucho mino las especies más delicadas, particularmente los pennatuláceos, que van apareciendo en las muestras.

A las 08:10 estamos iniciando la maniobra de un testigo de gravedad en el volcán de fango Almazán. Tenemos el fondo a 830 m de profundidad. La longitud del testigo alcanza los 86 cm ya que queda frenada la penetración en el momento en el que la boca del testigo colisiona con la brecha fangosa que es la prueba del proceso de expulsión de gases. A techo hemipelágico y a muro brecha color verdoso con cantos y fuerte olor a sulfhídrico. Una vez que hemos atestiguado que nos encontramos sobre un punto de expulsión de fluidos cargados en gas, nos disponemos a realizar una draga de arrastre para ver la diversidad que hay en superficie, al igual que para comprobar si hay substratos duros o si son exclusivamente fangosos. Largamos 1700 m de cable sobre la cumbre de Almazán a 902 metros de profundidad. Extraemos brecha fangosa, fauna asociada a emisiones, poliquetos frenulados, bivalvo Solemia, y corales.

Nos desplazamos a continuación a la ladera noreste de Almazán para realizar otra draga. Tenemos 907 metros de profundidad. Fango hemipelágico con muchísima  Orbulina, foraminifero pelágico, pogonóforos, fauna asociada a fango. Cuando estamos viendo esa cantidad de fauna, ya vamos sintiendo algo de apetito. Alguno, bajo los efectos de los olores que procedían de la cocina, comienza a bromear con la posibilidad de probar una ración de pennatulaceos al ajillo. En esas estábamos cuando suena la campanilla de Víctor. El primer turno del almuerzo se escapa a toda prisa, dando la impresión de ir a alimentarse ab limitum. Hoy tenemos comida con arte del grande: potaje de garbanzos, rodaballo a la plancha con ensalada y huevos a la flamenca, que tienen mucho éxito entre andaluces y resto de humanos. De postre uvas.

Seguimos trabajando sobre la cima de Almazán a una profundidad de 830 metros. Ahora con box corer obtenemos arena fangosa hemipelagica a techo y a base un fango más grisáceo, fauna propia de fango. La repetimos en el mismo sitio a 830 metros de profundidad. Extraemos fauna asociada a emisiones, resto de una comunidad más completa asociada a emisión de gases. A las 13:53 h largamos 1700 m de cable a popa para hacer un beam trawl a 895 metros de profundidad. Obtenemos cantos blandos y duros de margas. gorgonias, coral negro, desmoesponjas, Cidaris, comunidad coralígena asentada sobre sustrato de coral muerto.

El día de hoy está siendo muy ajetreado. Se suceden las actividades a toda velocidad y parece que las muestras se acumulan o que nunca se terminan de tamizar y clasificar. El equipo científico está encantado con los “chicos de la UMA”, y es que no paran quietos. Tamizan, limpian, clasifican, ponen etiquetas, identifican, y todo con una sonrisa por delante. Javi Urra y Ángel Mateo están haciendo el doctorado en la Universidad de Málaga (UMA), en el departamento de Biología Animal, integrados en el equipo de invertebrados. Ángel trabaja con muestras de equinodermos, y Javi con moluscos.

Ya empezaron a colaborar con el laboratorio de invertebrados cuando estaban terminando la carrera, momento en el que les propusieron participar en un proyecto para la caracterización de los fondos marinos de Cabo Pino, situado en la Costa del Sol. Es una zona LIC (Lugar de Interés Comunitario). El proyecto consistía en ampliar el estudio de la zona y su biodiversidad, para proponer una ampliación de la zona LIC. Hay diferentes tipos de fondos, arenosos, rocosos, fangosos... y cada uno tiene su fauna asociada. Es una zona influenciada por las corrientes procedentes del Átlantico y del Mediterráneo, y enclavada en un mar epicontinental limitado por Europa y África, lo que aumenta sus particularidades al ser lugar de confluencia de dos tipos de aguas, la atlántica, más fría, y la mediterránea, más salada. De especial interés son los estudios de Posidonia oceanica que realizaron. Los dos son buceadores profesionales, lo que les permitió muestrear la zona y visualizar directamente el estado de conservación de sus ecosistemas. Lo cierto es que la proximidad a sus respectivos hogares facilitó enormemente las cosas. El trabajo fue casi como un hobby. Fabricaron una aspiradora submarina, con ayuda del centro de buceo y algún manual, para recoger muestras sin destruir la Posidonia. Gracias a este proyecto pudieron hacer su Tesis de Licenciatura, pero el volumen de las muestras era tal que los dos siguieron  investigando y decidieron continuar el mismo estudio y así realizar el doctorado. A raíz del proyecto de INDEMARES, nació un convenio entre el laboratorio de invertebrados de la UMA con el IEO para colaborar con las muestras.

Enrique García, Kike, estudió Biología en la UMA, y también realizó su Tesis de Licenciatura en Málaga, en el grupo de Decápodos. Después decidió realizar su Tesis doctoral en la Universidad de Cádiz, sobre la genética de poblaciones de un decápodo de agua dulce (un camarón). Este estudio le llevó a viajar por Europa, Túnez, Marruecos, y recoger muestras de esta especie para luego estudiar su genética. Su hipótesis resultó ser cierta, y efectivamente pudo demostrar que las especies estudiadas eran de dos grupos diferentes, y no una como se creía previamente. Todavía no ha leído su Tesis, pero este año prevé hacerlo. El año pasado se presentó a las oposiciones de SVA (Servicio de Vigilancia Aduanera) y no las sacó por muy poco. Piensa presentarse en cuanto salgan otra vez, aunque paralelamente quiere seguir con su carrera de investigación, de una manera más relajada, de forma que él pueda elegir sus objetivos científicos.

Ángel y Javi no tienen beca en el departamento, se financian con pequeños trabajos o contratos y han conseguido alguna que otra beca de corta duración. Comentan que es algo habitual en el actual sistema. Ángel participó en varios proyectos de la UMA y en un proyecto de estudio de medusas que le resultó particularmente interesante. A Javi, en el futuro, le gustaría dedicarse a la investigación marina, después de terminar el doctorado. Igual que a Ángel, pero eso sí, les gustaría empezar a cobrar cuanto antes un sueldo vinculado a un puesto de investigación estable y cotizar, aspiración muy lógica y que en estos tiempos parece difícil de alcanzar.

Son las 15:25 y el trabajo no cesa. Estamos arrastrando un beam trawl en la depresión oeste de Almazán. Largamos 1700 metros de cable para arrastrar a 940 m de profundidad. Recuperamos bloques de fango parcialmente litificados que presentan galerías excavadas, algunos de forma similar a las chimeneas. Alta densidad de Coral bambú, gorgonias látigo, esponjas. Fauna de fondo blando. Alta biodiversidad. Muestra muy interesante que levanta pasiones entre los bentólogos. A continuación realizamos una box corer en la depresión occidental de Almazán a una profundidad de 947 m. Recuperamos fango hemipelágico, algo más arenoso en el techo. Poca fauna. Curiosa distribución de la fauna que en algunos lugares se concentra de forma masiva y que en otros lugares próximos no tiene ninguna presencia.

A continuación, ponemos rumbo al norte para seguir con la malla de CTDs. Nos quedan 9 estaciones de muestreo para completar la malla diseñada por Ricardo Sánchez Leal. Curro, Carrillo y Sergio no han renunciado a ver la cámara de fotos trabajando bajo el agua. Creen que pueden encontrar una solución a los problemas que ha presentado, aunque sea a base de encontrar alternativas al más puro estilo español. Los desarrollos I+D+i que podemos hacer a bordo son muy limitados por la falta de instrumental y material, pero no son menos inteligentes y con soporte teórico bien asentado. La última innovación tecnológica ha consistido en una placa petri con los leds dispuestos en círculo rellena de aceite. Esto va embutido en un trozo de tubo de PVC, que lleva unos trozos de guantes de cocina cuya función es hacer de membrana para compensar el efecto de la presión. Esta noche la han bajado hasta 650 m y ha resistido la presión. Ahora sólo nos queda solucionar la fijación de este foco a la estructura de la cámara. Si por la tarde está todo listo la probaremos en Hespérides.

El consumo energético, como ya sabréis los que nos seguís, es bastante grande, así que el apetito aflora en el momento más insospechado. El efecto Pavlov comienza a aparecer sin necesidad de que Víctor agite su campanilla. El olor a coliflor con salsa bechamel ha inundado la cubierta del barco en la que trabajamos junto a la cocina. Casi no podemos hablar sin babear. Unos se miran a los otros para encontrar algún desertor del primer turno, pues siempre hay voluntarios para cenar en el primero. Hoy no hay deserciones ni necesidades operativas que fuercen a los responsables a cambiar de turno. “Tilín, tilín, tilín” suena la campanilla de Víctor. Más babas sobre el poyete de trabajo. “Cuidado con ese babeo sobre la muestra de Solenosmilia”, increpa José Rueda a un goloso bentólogo que no puede contener la reacción de sus glándulas salivares. “Killón, e hél hijhoputa d´Palóf, pisha, que no meéjha trankílo”, agrega el gaditano apetente. Víctor introduce un poco más de entropía en las filas, “que se enfría la sopa, … que se queda fría”. Abandonan los del primer turno y quedan sobre la mesa los babeantes componentes del segundo turno aguardando el momento de realizar su pausada ingesta de las suculencias que el Gran Maestro Cocinero ha preparado para hoy: sopa de pasta de la que se puede repetir hasta ahogarse en el plato sopero -algunos casi lo consiguen-, coliflor con besamel, y pollo asado a la mostaza -de rechupete-. De postre, una mandarina.

A las 9 de la noche todavía hay gente clasificando muestras y pesándolas, y es que en el día de hoy hemos recogido un gran volumen de especies, de una gran biodiversidad por lo que toma tiempo su correcto tratamiento. Es un trabajo muy duro, y todos están muy concienciados para aprovechar el tiempo al máximo, aún a costa de la fatiga que cada cual pueda sentir al finalizar el día. Como me recordaba el Jefe de Campaña hace unos días, hay que tener en cuenta que el precio que hay que abonar por utilizar el buque oceanográfico supone la friolera de 7.000 euros por día. Esto pesa mucho sobre todos los científicos que tratan de no desperdiciar un solo segundo de su estancia a bordo. Por eso, aquí no tienen horarios, hay que trabajar a destajo cuando la campaña lo requiere.

Cuando cae definitivamente la noche, aún quedan fuerzas para charlar un rato en el laboratorio húmedo. Algunos nos reunimos en el comedor a ver una película, El Príncipe de Persia. En general nos parece una película mala, y el doblaje es extraño. La creatividad de cada cual hace que nos entretengamos en encontrar parecidos a las voces con diferentes personajes públicos, entre los que destacan los políticos. Así que, a bordo como en España entera, hay gustos e ironías a babor y a estribor. No queda títere con cabeza.

(Publicado 11 Marzo 2011)

Guillermo Rodal el 2º Oficial del BO Cornide de Saavedra ©IEO
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