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Campaña Chimeneas de Cádiz - Febrero 2011 - IEO # Mensaje 3

Cestas con las especies clasificadas ©IEO

Sábado 12 de febrero de 2011

La noche ha sido tranquila y la mar no se ha portado mal. La cama es muy cómoda y permite descansar apaciblemente. El silencio nocturno es impresionante. Solamente se escucha el run run de la máquina del barco como sonido de fondo, algunas veces casi imperceptible. La oscuridad de la mar contemplada desde la cubierta es aterradora. Es la negritud total y más absoluta, en la que destaca, únicamente, la espuma blanca que se desplaza de proa a popa a medida que el barco va navegando. Estamos lejos de costa y no se adivina ninguna lucecilla que sirva de referencia de las poblaciones ribereñas. Solamente vemos en la línea del horizonte algunas luces verdes o rojas que nos indican que allá a lo lejos hay otros barcos navegando. Aquí en medio de la mar, en la oscuridad y el silencio de la noche, te ves empequeñecido, no eres más que un punto en el océano. Pienso en el valor de los navegantes de siglos atrás que se adentraron en el océano sin más medios que la observación de las estrellas y su confianza en que llegarían al punto que desearan. Grandes dosis de valor que hay que reconocerles.

Los síntomas de mareo parece que no se acentúan y creo que voy a sobrevivir a la prueba. Me sorprende ver que los científicos y técnicos del IEO no manifiestan síntomas de mareo. ¿Estarán tan curtidos?, ¿se acostumbrará uno a no marearse en las navegaciones? Se lo comento a alguno de ellos y me responde tajantemente: “ya habrá ocasión de que nos veas mareados, Blanca; no te preocupes”. Aseguran que la mar todavía no se ha movido nada. Quiero contrastar esta información con la tripulación y compruebo que todos me confirman que la mar está como un plato. ¡Válgame el cielo!, ¡y yo que siento algunas veces que la cubierta del barco va a dar un brinco y me va a lanzar al agua!

Me apresuro a desayunar antes de que empiece el meneo del trabajo. Ya se han recogido Laura y Curro a eso de las 05:30 de la madrugada. Han tenido una noche muy ocupada entre los perfiles de ADCP y los 16 muestreos con CTD. El Capitán ha resuelto que para estar a las 08:00 en el primer punto de arrastre demersal programado para hoy, tendrán que navegar un par de horas, debido a la distancia que separa la zona de barridos acústicos de la de los arrastres de pesca. En el comedor me encuentro con algunos compañeros de aventura y comentamos la sesión intensiva de ayer. Gerardo Bruque, siempre tan amable y atento, me explica que la jornada de ayer era de precalentamiento y que a partir de hoy es cuando empieza de verdad la tarea intensiva. Durante el día de ayer fuimos probando todos los equipos de prospección de estación en estación, razón por la cual perdimos un poco de tiempo que tendremos que recuperar hoy. Así que, aunque parezca increíble, tengo que mentalizarme a que ayer fue un día relajado. Gerardo, de quién se dice que es “el único hombre bueno, justo y ponderado que queda en el mundo”, ha trabajado muy estrechamente con el Jefe de Campaña haciendo todos los diseños de muestreo en el GIS (Sistema de Información Geográfica) que Luismi le iba indicando. Así que nadie mejor que él para saber lo que está diciendo.

Al salir a cubierta me encuentro de cara con Teresa García, una encantadora bióloga con muchos años de experiencia y que siempre tiene alguna anécdota simpática que contarme. Se conoce el Cornide de Saavedra al dedillo, pues no en vano ha hecho más días de mar a bordo de este buque que Cristobal Colón en sus carabelas en toda su vida. “¿Qué tal Blanca?, ¿has descasado suficiente?”. Lo de suficiente, añadido a lo que me acaba de decir Gerardo, me va poniendo en la pista del currelo que va a haber hoy. Miro a la mar y compruebo que se está levantando un poco de viento. Las olas parecen un tanto más encrespadas. Teresa me confirma que vamos a notar un ligero empeoramiento del tiempo. Tenemos marejadilla con viento fuerza 3 a 4, incrementándose a 5 por la tarde. ¿Me habré traído suficientes pastillas para el mareo? Bueno, por ahora tranquilidad y a enfundarme el traje de agua que ya estoy viendo por ahí que preparan las cubetas para empezar a tamizar los sedimentos y separar la fauna bentónica. Por cierto, no os podéis imaginar lo fría que está el agua del mar cuando te pasas varias horas con las manos metidas en una cubeta perforada por el fondo, por la que está circulando permanentemente agua. El traje de aguas te protege de los remojones, pero no de la sensación de frío cuando llevas mucho tiempo en cubierta sometida a los vaivenes de las olas y a la ventolera fresca marinera.

Teresa García es malagueña y estudió Biología en Granada. Tras graduarse estuvo seis  años de estudiante meritorio en el Centro Oceanográfico de Málaga, que por aquellos años estaba ubicado en la propia ciudad de Málaga, en el Paseo de la Farola, edificio que ahora ocupa la Comandancia Militar de Marina. Me cuenta que por entonces, y hasta el año 1984, tenían que convivir con los marinos de guerra, con quienes tenían magnifica relación de camaradería. Pero los cambios habidos en la Administración General del Estado y la falta de seguridad del edificio, recomendó al Ministerio de Defensa invitarles a que abandonaran el edificio y buscaran un lugar mejor donde acomodarse. Esto determinó su exilio a Fuengirola, donde construyeron un edifico en unos horrorosos terrenos ganados al mar.  Posteriormente, fue contratada como investigadora por la Junta de Andalucía y trabajó durante cinco años en Huelva. Allí se especializó en el cultivo de moluscos, centrándose en el estudio del pre engorde y engorde de bivalvos, principalmente almeja y ostra. Transcurrido un tiempo, decidió regresar a Málaga y aprovechar una oportunidad de reincorporarse al Centro Oceanográfico de Málaga. A partir de ese momento abandonó la acuicultura y se dedicó al seguimiento de las pesquerías demersales de la flota española en el área de COPACO (Cómite de Pesca del Atlántico Centro Oriental). Ahora, desde hace ya varios años, estudia las pesquerías demersales del Mediterráneo, especialmente el seguimiento de los descartes producidos por la flota, participando en dos proyectos de mejora de la selectividad de los artes.

La actividad frenética comienza cuando, después de una hora de arrastre en las inmediaciones del volcán de fango Gazúl, el arte vuelca toda la carga en cubierta sobre las cubetas que los biólogos han habilitado para ello. La técnica de arrastre exige que se suelte por la popa el triple de cable del valor de la profundidad a la que se va a arrastrar, es decir, por cada metro de profundidad se sueltan tres metros de cable. Este arrastre ha producido cuatro enormes cajas de material para separar e identificar. Los biólogos se ponen muy contentos al ver tal cantidad de especies en las cubetas. No os engaño si os digo que yo me quedo alucinada cuando veo a los científicos dar saltos de alegría cuando las redes vienen cargadas. A más carga, más alegría y, en consecuencia, mucho más trabajo. Tal es la motivación que todos tienen que aquí nadie piensa en el cansancio. Ni se nombra ni se siente.

En el momento que las cajas han llegado a la mesa de trabajo de estribor, los cinco especialistas en recursos demersales que hay a bordo se lanzan como posesos a las cajas y empiezan a seleccionar los especímenes y a colocarlos en cestas separadas. Van quedando algunos que habrá que observar con más detenimiento, pues sabiendo el género no queda suficientemente clara la especie de la que se trata. El Doctor Juan Gil Herrera, investigador titular con destino en el Centro Oceanográfico de Cádiz, es quien se encarga de coordinar la clasificación de los productos de los arrastres. Hombre afable y pausado, que incomprensiblemente milita en las fuerzas sociales que sostienen al Atlético de Madrid, se afana en la tarea clasificatoria con una fruición y pragmatismo de escándalo. Esto aquí, esta allá, esta ponla en aquella cesta y esta otra en aquella caja que luego la miramos. Teresa García no se queda atrás, ni tampoco lo hace Carlos Farias, biólogo de vocación y gallego de profesión, no deja su acento gallego ni aunque le ahorquen. Está en este barco tripulado por gallegos como en su casa. Menciona los nombres latinos de las diversas especies pronunciándolas en gallego. “Se que es difícil imaginarlo, pero con un poco de práctica se consigue”, asegura Farias. Caleli Burgos es otro componente del equipo que procede de Cádiz. Es la mano derecha de Juan Gil y centro neurálgico del GIS de la investigación demersal en Cádiz. El último en llegar e incorporarse al equipo es Melo González, biólogo y experimentado muestreador y observador a bordo de buques pesqueros comerciales. Ha sido un lobo solitario por muchos mares y océanos del mundo. Tampoco pierde Melo su acento gallego, a pesar del tiempo que lleva en Cádiz. Dicen las malas lenguas, que siempre están en la boca de los sujetos mejor informados, que junto a la sala de máquinas hay un cuartito decorado con fotos de Galicia, con una gaita una pandereta y un pandeiro de peito, para que los gallegos más morriñosos puedan hacer sonar los instrumentos y recordar los aires de su tierra. Algunas veces, según me han contado, hay tantas personas que quieren entrar al cuartito das morriñas que tienen que empezar a dar numeritos, como en el supermercado, y organizarse por turnos.

Teresa nos enseña a varios curiosos, como diferenciar las cigalas (Nephrops novergius) hembras y machos. Cosa más difícil es reconocer las diferencias existentes entre los Galeus atlanticus y Galeus melastomus, que son casi iguales. Mis notas en el cuaderno de chuletas me permiten recordar que se diferencian por el color de una comisura que tienen cerca de la boca, los primeros la tienen negra, y los últimos blanca. Teresa tiene tanta gracia al explicar estos aspectos científicos que cuando comenta las anécdotas de anteriores campañas, nos hace reír a placer.

A las 8 de la mañana comenzamos el primer lance de pesca en la zona del volcán Gazul, lance 12, y después de 1h y 45min obtuvimos los primeros resultados pesqueros, 4 cajas de las blancas llenas de material, para separar e identificar. A las 11:41 en punto, tenemos un nuevo lance a bordo. Aún estamos tomando aire tras finalizar el muestreo anterior y ya nos cae sobre la mesa el segundo. Las piernas parecen las columnas de Hércules. Los glúteos se endurecen de tal forma que no vamos a necesitar ningún entrenador personal para hacer gimnasia. Creo que vamos a conseguir tener una dureza glútea muy superior a la que consiguen muchas estrellas de Hollywood afanadas en las tablas de gimnasia diseñadas por sus monitores personales. Para poder hacer este segundo arrastre hemos tenido que hacer algunos cambios en el primer turno de comidas, para poder dejar a los expertos en demersales hacer su trabajo e incorporarse al segundo turno.

Los aromas del almuerzo comienzan a dispersarse por la cubierta y los estómagos comienzan a demandar alimento. Hoy tenemos: judías con chorizo de primero, lenguado con ensalada de segundo y paella de conejo de tercero, y de postre uvas. O sea, nada. Todo ligero.

Miguel García Muñoz se ha convertido en el fotógrafo de las estrellas. Las estrellas son los especímenes que vamos recogiendo con nuestras redes en cada uno de los arrastres. Lleva un registro minucioso de cada una de ellas. Miguel es biólogo. Ha realizado un Master en Oceanografía en la Universidad de Cádiz. Posteriormente se ha incorporado el Grupo GEMAR para ejecutar las investigaciones que le permitieran elaborar la Tesis del Master correspondiente. Ha realizado su trabajo sobre los foraminíferos de los montes submarinos del Mar de Alborán, componentes del Banco de Djibouti. Sus directores de Tesis han sido Nieves López y José Luis Rueda a quienes observa y atiende como los verdaderos maestros que son.

Se han guardado muestras de todas las especies en frascos y bolsas de plástico de diversos tamaños, con su correspondiente etiqueta, faena en la que hay que ser particularmente meticuloso pues de otra forma no podrían tener un archivo en condiciones. Los frascos se rellenan con formol o con alcohol diluido, para fijar los organismos y evitar así que se degraden. El alcohol permite un análisis molecular posterior en laboratorio, razón por la cual lo emplean para estudios de bioquímica y genética. El formol no permite realizar un análisis molecular posterior y además es cancerígeno, por lo que hay que manipularlo con mucho cuidado, pero es mucho más barato y además tiene una mayor fuerza de fijación, por lo que se usa más para histología.

Las especies no comerciales, que en pesquerías comerciales se denominan descartes, se echan de vuelta al mar, y atraen a las aves que nos acompañan permanentemente, como gaviotas y algún que otro elegante alcatraz. Su presencia y su actividad glotona nos entretienen mucho y se agradece su visita, siempre que no te encuentres fuera de la techumbre que nos protege de sus bombardeos fétidos. Las especies comerciales de gran valor gastronómico, como las cigalas y otros apetecibles pescados, van directamente a la cocina. Ya nos las comeremos nosotros, para nuestro propio deleite. Dicen por ahí, que al Capitán le apasionan las cigalas y que se las come como si fueran pipas. En fin, esperemos a ver que es lo que sucede y como se reparte el género. Es una suerte para el Capitán que el Investigador Principal del proyecto no se encuentre a bordo, pues  es uno de los más grandes depredadores de cigalas, conocido en los círculos gastronómicos más especializados como el cigalero troglodita (Nephropsfilo trogloditiensis). Pero esto no resulta nada singular pues a bordo tenemos el más increíble engullidor de mejillones, que trabaja en el mismo Grupo GEMAR que el IP y que ahora ejerce la función de Jefe de Campaña. Este acreditado arcobriense tiene acreditada tal fama que figura en la Guía Guinness  como el engullidor mejillonero (Mytilusfilo glotoniensis). Así son los geólogos marinos.

La tarde la dedicamos a muestrear con box corer y con draga de arrastre bentónico, dos instrumentos que nos proveerán de cantidades variadas de sedimento y rocas a través de los cuales podremos ver cual es la composición de la fauna que vive en los substratos duros y medios. Tras una pequeña avería en uno de los pasadores de la box corer, procedemos a lanzarla sobre el volcán de fango Anastasya. Muestreamos con draga de arrastre en la ladera del relieve y en la depresión del volcán.  El resultado son fangos hemipelágicos y fragmentos de rocas carbonatadas, muy probablemente autigénicas. No observamos morfologías cilíndricas del tipo chimenea mientras que son más frecuentes los fragmentos amorfos resultado de la alteración de los enlosados.  El trabajo de lavado y separación de muestras y especies nos consume el tiempo hasta bien entrada la noche.

Afortunadamente la cena nos ofrece un respiro y nos escapamos a nuestros respectivos turnos para degustar los variados platos que nos ofrece la cocina. Entramos en la Cámara con un poco de frío, después de tanto tiempo con las manos en el agua. De entrada nos tomamos una magnífica sopa calentita que todos agradecemos. De segundo un pescado llamado rapante acompañado de una ensalada bien aliñada. Luismi no la toma para así no engordar demasiado. De tercer plato una hamburguesas con patatas fritas de las que no queda ni rastro. Yo no se como hacen estas papas fritas pues salen riquísimas y crujientes. No vayáis a creer que son congeladas. ¡Que va! Yo lo se bien ya que he visto al marmitón pelar patatas cada día, desde primera hora de la mañana. Yo me tomé la hamburguesa con ketchup y mostaza y me quedé más contenta que un ocho. De postre, por si nos habíamos quedado con apetito, nos sirven piña con nata. La nata la suelen poner por si tienes interés en engordar un poco más que los demás.

Al terminar de cenar salimos, de nuevo, a cubierta para finalizar la tarea de separado de muestras. Jose Rueda se alegra mucho al ver que comienzan a aparecer especies que todavía no habían hecho acto de presencia. Particularmente algunos pogonóforos, cuya presencia en los sedimentos parece indicar una cierta actividad de expulsión de fluidos hidrocarburos.

Para terminar el día, han abierto el entrepot. Es como el Corte Inglés a bordo pero en chiquitito. Ahí es dónde guardan los vicios, véase whisky, ginebra, ron y cigarrillos libre de impuestos. Se ha formado una cola de más de 20 personas. La mayoría necesitaba o quería comprar algo y muchos otros estaban por ahí sólo por cotillear. Una vez que nos hicimos con el género, finalizamos la jornada con una agradable tertulia en el laboratorio.

Decido irme a dormir porque me encuentro absolutamente derrumbada, pero con una gran alegría en mi interior. Esta experiencia me está enseñando mucho sobre el mundo de la Ciencia Marina y sobre el comportamiento humano en circunstancias adversas. Jamás pude imaginar que la actividad de los científicos a bordo de un buque fuera tan sacrificada. Trabajan a destajo y disfrutan de lo que hacen. No se conceden descanso y parecen ser inmensamente felices. Como me dijo el IP en una ocasión “aquí no nos hacemos millonarios, pero el Estado nos paga un jobie, ¿qué más podemos pedir?”.

Con una marejada que va en aumento, me quedo dormida mientras me dejo mecer por el movimiento de las olas. No me da tiempo a pensar que es lo que sucederá mañana si el temporal se pone peor. ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ

(Pulicado 19 Febrero 2011)

Draga de arrastre bentonica cargada de sedimentos ©IEO
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